Consejos para prevenir la obesidad infantil
- Al hacer la compra ten en cuenta que tú decides lo que se va a comer en casa. Incluye más fruta y verdura en la cesta de la compra, y menos grasas y productos azucarados. Acostumbra a los niños, desde pequeños, a tomar fruta o yogur de postre en vez de dulces.
- No llenes la casa de bollos, pasteles, chocolate, galletas, caramelos, patatas fritas y similares, refrescos, y todo aquello que aporte pocos nutrientes y muchas calorías y facilite picar entre horas. El que evita la ocasión, evita el peligro.
- Es importante que el desayuno sea abundante y completo. Y hay que distribuir las comidas a lo largo del día (cuatro o cinco tomas)
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- En la merienda optar por fruta, lácteos o bocadillos (mejor de atún, sardinas o queso), en vez de dulces industriales.
- Hay que procurar comer en familia siempre que sea posible para supervisar lo que come el niño (tanto qué como cuánto).
- No utilizar nunca los alimentos como recompensa o castigo.
- Los cambios en el estilo de vida deben ser paulatinos y a largo plazo, sin pretender que se produzcan pérdidas de peso significativas en poco tiempo.
- Al comer fuera de casa, hay que elegir restaurantes donde se sirvan ensaladas, guisos y comida de tipo mediterráneo, en vez de comida rápida.
- Es conveniente hacer ejercicio a diario, aunque solo sea dar un largo paseo. Si los padres tienen un estilo de vida saludable, el niño también.
- Desde pequeño, acostúmbrale a jugar al aire libre y a permanecer activo, y reduce las horas de televisión, videojuegos, y otras actividades sedentarias.
- Anímale para que se interese por la práctica de algún deporte, en grupo o individual. Seguro que hay alguno que le gusta y lo puede realizar como una actividad extraescolar, o los fines de semana.